¡Hola a todos!
Esta semana, he tenido una experiencia que no puedo evitar compartir. Ha sido un viaje al pasado, un reencuentro con la historia en un lugar muy especial: el País Vasco.
Mi destino fue Bergara, un rincón del País Vasco que alberga un tesoro escondido, un auténtico viaje en el tiempo. Me alojé en un caserón que una vez fue el hogar de la familia Unzeta. ¡Imagina dormir en este caserón! El caserón respiraba historia por todos sus rincones, y cada rincón tenía algo que contar.

Dentro de esas paredes, me sentí como si hubiera retrocedido en el tiempo. La casa estaba repleta de artefactos antiguos y curiosidades con historias propias. Era como si cada objeto llevara consigo una parte de la historia, una conexión con el pasado. La cultura y el conocimiento se entrelazaban en cada rincón, y no pude evitar sentirme inspirado por el ambiente.
Pero mi viaje al País Vasco no se limitó al caserón. Fue un regreso a lo básico, una reconexión con la naturaleza y conmigo mismo. Exploramos paisajes impresionantes, desde un bosque de hayas hasta las playas de Zumaia con sus imponentes fromaciones geológicas llamadas Fysch. Cada rincón irradiaba belleza y tranquilidad.

Sin embargo, lo que más aprecio de este viaje es la oportunidad de sumergirme en conversaciones significativas. Pasé horas hablando con seres queridos sobre la vida, la historia y el mundo que nos rodea. Fueron diálogos que alimentaron el alma y que nos hicieron reflexionar.
Al mirar hacia atrás en esta experiencia, no puedo evitar pensar en el concepto japonés de "Sakoku", que significa "país cerrado". Durante siglos, Japón limitó su contacto con el mundo exterior para preservar su identidad y cultura. Mi viaje al País Vasco me hizo apreciar la importancia de momentos de aislamiento y reflexión, donde podemos conectarnos con nuestra esencia y sumergirnos en la riqueza de la historia y la cultura.

Una nueva definición de "Sakoku":
En un enfoque contemporáneo, se puede considerar como un tipo de ayuno intermitente geopolítico-cultural. Esta práctica histórica ha demostrado que, al restringir selectivamente la influencia externa y preservar la identidad cultural, una nación puede florecer en creatividad y originalidad, superando las limitaciones previamente impuestas por las influencias extranjeras. Es como un proceso de nutrición selectiva, donde una cultura se nutre de sus propias raíces para crecer de manera única y extraordinaria.

Animo a todos a tomar un "viaje al pasado" de vez en cuando, a desconectar del ajetreo de la vida moderna y a sumergirse en la historia y la cultura que nos rodea. A menudo, encontramos tesoros escondidos en lugares inesperados y descubrimos conexiones profundas con nuestro propio ser.
If you want to be different, you need to grow alone.
If you want to be innovative, you need to think alone.
If you want to be novel, you need to work alone.
¡Gracias por acompañarme en esta reflexión!
Hasta pronto,
@Carmonpa1
🧪Alquimia Digital
PD. Gracias a Marta y Mila por ser excelentes compañeras de viaje.