Cover photo

Perón, Abstracción y Assembler

Hace unos días, mi amigo Agustín me dijo: “Tengo una take que te va a sonar rara. Tiene que ver con Perón, Assembler y la abstracción”. Pero al contrario de lo que él creía, no me sonó nada raro y entendí al instante la idea que me quiso transmitir. Quizá porque hace semanas venía rosqueando sobre la idea de la abstracción aplicada en la computación y con ella analizando sus pros y sus contras.


Agradecimiento especial a Joaco por su ayuda en la edición y emprolijamiento del artículo <3


La computación es cada vez más simple y esto tiene consecuencias directas e indirectas. La simplificación baja la barrera de entrada al mundo virtual, transformando la computadora en una caja negra con la cual interactuamos sin saber realmente cómo funciona. Antes era muy común y necesario saber interactuar con su sistema de ficheros, ya sea para descargar e instalar un programa o para meter una foto dentro de un álbum. En la actualidad, los smartphones nos permiten hacer estas tareas de una forma más simple a través de la abstracción. Para instalar una app: entramos a la store, buscamos la app, y la instalamos; para crear un álbum: nos metemos a la galería, seleccionamos las fotos que van adentro del álbum y listo. No es necesario saber que detrás de esto hay un sistema de ficheros ni qué es o cómo funciona.

Al panorama actual hay que sumarle el poder de la AI, ya que con la aparición de asistentes que integran GPT a nuestro sistema operativo, y le dan la posibilidad de ejecutar tareas con bastante complejidad (véase Open Interpreter o Windows Copilot), no es difícil ver un futuro donde la mayoría de personas interactúa con la tecnología a través de la inteligencia artificial, nuevamente bajando la barrera de entrada al mundo virtual a cambio de que el usuario promedio tenga menos conocimiento del tema.

Cuando cerré este círculo computación, conocimiento y abstracción, recordé inmediatamente lo que me había dicho Agustín:

El otro día estaba viendo un video de Perón y me dí cuenta que él hablaba de política como si estuviera programando en Assembler.

Assembler es un lenguaje de programación de bajo nivel que se acerca mucho al lenguaje de máquina, el idioma nativo de la computadora. Cuando programas en Assembler, es como si le dieras instrucciones muy detalladas a una computadora, similar a cómo un arquitecto le diría a un equipo de construcción exactamente dónde colocar cada ladrillo, cada ventana, y cada puerta al construir un edificio. Cada línea de código corresponde a una operación específica que la computadora puede realizar, lo que te da un control muy preciso, pero también requiere una gran atención al detalle. Si bien la comparación puede parecer rara, él hace referencia a una realidad: Perón expresaba sus ideas de una manera mucho menos abstracta que los políticos de la actualidad. Hasta diría que las expresa sin miedo a los sesgos o prejuicios ajenos, ya que al no haber la sobre-comunicación de hoy, un pensamiento individual no se vinculaba con un set de ideas preestablecidas de la manera que conocemos.

Y claro, la abstracción no es un tema exclusivo de la computación y mucho menos de la política. La abstracción está presente en todos los frentes de la vida, desde los orígenes de la historia. Vayamos a algo básico de nuestro día a día: la alimentación. En el pasado, se invertía mucho tiempo en la producción de comida, porque si querías comer papas, tenías que tener tu huerta y saber cómo tratarla y protegerla de las distintas variables y amenazas de la naturaleza. Ahora, gracias a la división del trabajo, tener papas es cuestión de ir a una verdulería y comprarlas. Alimentarse (al igual que la mayoría de necesidades básicas) ya no supone emplear la mitad del día en tareas básicas, en cambio, otras personas especializadas realizan estas tareas por nosotros. Podemos decir que la especialización y la división del trabajo es la abstracción aplicada a las sociedades humanas.

En la música, las notas y los acordes son abstracciones que representan sonidos. Los músicos combinan estas abstracciones para crear melodías y armonías. En matemáticas, los números son una abstracción que nos permite cuantificar y comparar cantidades. El mismo lenguaje es una forma de abstracción que nos permite comunicar ideas complejas. Las palabras son símbolos abstractos que representan objetos, ideas o emociones. Estas abstracciones nos permiten vivir de una manera más sencilla y nos dan libertad para invertir nuestro tiempo en generar ideas que a la larga terminan en más abstracciones que mejoran nuestra vida.

Mi pensamiento inicial, puramente enfocado en la computación y mi necesidad de saber cómo funcionan las cosas, era que la abstracción parecía tener más desventajas que ventajas, que las cosas solo tenían valor en el bajo nivel. Pero al final esto no está ni bien ni mal, es el curso natural de las cosas. Que por un lado, simplifica y democratiza el acceso a diversas áreas, pero por otro lado, puede llevar a una falta de entendimiento sobre cómo funcionan realmente las cosas. Si bien siempre soy fundamentalista de lo segundo, debo admitir que la abstracción fue probablemente la clave del progreso. y que sin ella quizás seguiríamos cuidando el ganado, la huerta o cazando peces en el río. Sin dudas hay una línea fina por la cual hay que moverse con cuidado, abstrayéndose de las cosas que nos aburren y especializándose en esas que nos hacen felices.

Loading...
highlight
Collect this post to permanently own it.
dantesito.eth logo
Subscribe to dantesito.eth and never miss a post.