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Guardianes de la Biodiversidad: Explorando la Herpetofauna a través de la ciencia ciudadana

Juansecito

Juansecito

Estamos seguros de que la gran mayoría de las comunidades locales de diferentes lugares del mundo no estamos familiarizados con la palabra “Herpetofauna”, la mayoría de los especialistas coincide en que el término de la palabra “herpes” proviene del griego y significa “cosa que se arrastra”. Sin embargo, la etimología es insuficiente para reconocer la identidad de los animales aludidos, más aún cuando existen diversos grupos de seres vivos que presentan este comportamiento reptante. En el mundo de los seres vivos, la herpetofauna que incluye a los anfibios y los reptiles ocupan un lugar fascinante pero a menudo incomprendido. Juegan un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas. Sin embargo, a menudo son malinterpretados, temidos o ignorados debido a mitos y desinformación sobre su rol en el control de plagas y hasta la regulación de cadenas alimenticias y más. Pero no solo estas son causas de la disminución de la población de la población en la herpetofauna, sus poblaciones están en peligro de extinción debido a las pérdidas de sus hábitats, la contaminación y el cambio climático. Pero ¿cómo podemos ayudar o contribuir para poder protegerlos y conservarlos? Pues la respuesta podría estar más cerca de lo que pensamos: La ciencia ciudadana.

Ciencia ciudadana: un puente entre comunidades y biodiversidad

Colombia alberga una notable diversidad de anfibios, con mas de 800 especies registradas, lo que representa aproximadamente el 15% de las especies de anfibios a nivel mundial, al igual que este, Colombia es el cuarto país en cuanto a riqueza de reptiles, después de Australia, México y Brasil, con 510 especies y dos subespecies examinadas. La biodiversidad es la variedad de la vida, en sus diferentes manifestaciones: incluye todas las formas, niveles y combinaciones de las variaciones naturales. La ciencia ciudadana ha  hecho grandes aportes al conocimiento científico de la fauna a escala global.

Pero, uno de los problemas que encuentran las acciones tendientes a la conservación de la biodiversidad es justamente la inequidad en el acceso a tecnologías que permiten estudiar y planificar medidas para la protección de especies y ecosistemas y la falta de intercambio de información entre científicos, así como el desarrollo de software y herramientas que permitan sistematizar y unificar datos para poder luego ser analizados de forma colectiva. En los últimos años, la popularización de herramientas como cámaras fotográficas, dispositivos de foto-trampeo, grabadoras de audio digital y aplicaciones móviles ha permitido avances significativos en el estudio de los hábitats y la distribución de especies.

Sin embargo, este trabajo requiere un esfuerzo constante de monitoreo y recolección de datos a lo largo del tiempo y a escala global. A través de la llamada ciencia ciudadana, definida como la integración del publico general en la recolección de grandes cantidades de datos y soportes sobre fauna y flora de diversos hábitats y lugares por largos periodos de tiempo. Además, gracias a internet esa información puede ser compartida de manera publica utilizando diversas plataformas online. El modelo de Ciencia Ciudadana busca que sus proyectos motiven al público en general a profundizar su conocimiento sobre los animales que están registrando, al mismo tiempo que vivan una experiencia directa con el proceso de investigación científica en el que participan.

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La herpetofauna como puerta a la educación ambiental

La Ciencia Ciudadana está promoviendo una amplia gama de proyectos de investigación caracterizados por ser colaborativos, participativos y abiertos. Estos proyectos recopilan observaciones y datos masivos en diferentes regiones, gracias a la contribución de voluntarios y científicos. Su enfoque permite involucrar a la sociedad en la generación de conocimiento, brindando acceso a herramientas y metodologías científicas. Además, fomenta el aprendizaje y la participación activa de los ciudadanos en distintas disciplinas, fortaleciendo el vínculo entre la comunidad y la ciencia.

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En el contexto de la biodiversidad, la Ciencia Ciudadana se consolida como una herramienta clave para la conservación, proporcionando información constante que respalda estrategias y políticas públicas orientadas a proteger el patrimonio natural. Gracias a la recopilación de datos detallados, permite conocer mejor el estado de los ecosistemas y sus especies, facilitando la toma de decisiones informadas. Además, juega un papel crucial en la sensibilización ambiental y en la educación de la comunidad, promoviendo la participación en iniciativas locales de conservación. Estas experiencias no solo enriquecen el conocimiento sobre la biodiversidad, sino que también fortalecen la interacción entre los participantes y los líderes de las iniciativas. La educación ambiental, en este contexto, resulta fundamental para dotar a la ciudadanía de herramientas que les permitan comprender el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y actuar de manera responsable para su protección.

Unidos por la biodiversidad

La protección de la herpetofauna no es solo una tarea para científicos o profesionales a fin con este tema de investigación. Al involucrar a comunidades locales, educadores, estudiantes y voluntarios que quieran hacer partícipe de mejorar la calidad y la salud del  medio ambiente, a través de la ciencia ciudadana transformara la conservación en un esfuerzo colectivo. Todos podemos convertirnos en guardianes de la biodiversidad desde nuestras propias localidades, teniendo en cuenta los diferentes protocolos que existen para el manejo de la flora y fauna, ya que estos son una herramienta indispensable para la protección y conservación de especies.

Conforme aumenta la presión antrópica sobre los ecosistemas naturales, el encuentro del hombre y la vida silvestre se hace más frecuente y con ello la necesidad de poder implementar y enfrentar situaciones de peligro tanto para el hombre, es por eso, que si los niños no crecen conociendo la naturaleza y apreciándola, no la entenderán. Y si no la entienden, no la protegerán. Y si ellos no la protegen, ¿Quién lo hará? Ahora es el momento de actuar. Participar en proyectos de ciencia ciudadana no solo ayuda a los anfibios y reptiles, sino que también nos permite ser parte activa de la conservación del medio ambiente. Participar es una forma sencilla y cómoda de marcar la diferencia. Cada registro, cada fotografía, cada observación y cada descripción cuenta. Juntos, podemos construir un futuro donde la herpetofauna y otros habitantes de nuestro planeta prosperen.

Animarse a explorar, descubrir y proteger es una forma agradable de compartir con los de mas y buscar el bienestar de nuestro entorno natural, al fin y al cabo, como dice un sabio proverbio: “Lo que no se conoce, no se ama, y lo que no se ama, no se protege”.


Este artículo hace parte de la primera cohorte de divulgación científica

Una iniciativa que busca acercar el conocimiento científico desde un punto de vista más nounish. Te invitamos a explorar los otros 6 artículos que surgieron de esta iniciativa, donde estudiantes de Biología se unieron para abordar temas fascinantes relacionados con las plantas, los herpetos, la fisiología, la genética y mucho más. Acompáñanos a descubrir la ciencia desde una perspectiva fresca y accesible, para que podamos conocer y disfrutar de los avances científicos desde un enfoque más cercano y comprensible.

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