Hay muchas razones para querer ser Taylor Swift, pero en este post te voy a contar una por la que no vas a querer serlo.
El otro día me topé con el documental “Taylor Swift vs Scooter Braun: Bad Blood” donde se cuenta la historia de como el archienemigo de Taylor, Scooter Braun, llega a hacerse con los masters de los seis primeros discos del icono generacional.
¿Cómo hizo esto Scooter?
Directamente compró la discográfica que había grabado esos discos pagando 300 millones de dólares y así se convirtió en el dueño de sus masters. Por tanto, cobraría su parte correspondiente cada vez que se venda o se reproduzca cualquier canción de sus primeros seis discos en los distintos medios o plataformas.
¿Y qué pasa con Taylor Swift?
Taylor es la dueña de los derechos de autor de las canciones, es decir de la letra, la música, el ritmo y lo instrumental, pero no de los archivos. Entonces aunque sea la autora y la artista del máster, no es la dueña, el dueño es Braun. Y por eso Scooter Braun tiene derecho a cobrar por la obra de Taylor Swift.
¿Te imaginas que te pase eso?
Me muero… Pero antes de morirme quise seguir viendo el documental hasta saber qué hizo Taylor Swift en esta situación.
Re-grabar los seis discos otra vez para que su peor enemigo no cobre ingresos pasivos por su trabajo, su gran obsesión (no la culpo).
¿Eso se puede hacer? Sí, y lo ha hecho. Pues una cosa son los másters, los archivos ya grabados y otra cosa es grabarlos de nuevo. Así que si es la dueña de la música, de la letra y de todo el contenido, ¿por qué no hacer otros másters nuevos? ¿Por qué no grabar de nuevo y publicitar tu música que ahora además posees? Porque ahora, además de intérprete y compositora, eres la dueña, cobras también como discográfica. Hay una gran diferencia.
No es tan raro. Te puede pasar a ti en cualquier momento
No importa que los derechos de tu contenido no estén valorados en 300 millones de dólares. Pero hagas lo que hagas, es una buena práctica que poseas los originales de todo lo que haces.
Porque cada vez que creas cualquier tipo de contenido y lo subes a una plataforma como Instagram, Facebook, YouTube, Twitch, TikTok… estás perdiendo el control de tu creación y te pueden hacer un Swift. Puedes aparecer en sitios con los que no estás de acuerdo, pueden vender tu contenido a otros actores, puede que si la plataforma cierra, pierdas tus creaciones para siempre.
Esto se podría haber evitado…
No solo la horrible sensación de haber sido robada e ignorada por su némesis, también todos los quebraderos de cabeza y gastos derivados de los juicios legales y públicos se podrían haber evitado. Además del trabajazo que supone volver a trabajar seis discos otra vez. Existen tecnologías que ponen al artista en el centro de la ecuación, controlando la obra y su distribución.
…y mejorado
Cada artista es un caso único, pero si nos guiamos por cómo funciona la industria musical tradicional, a grandes rasgos las ganancias de los artistas se parecen a lo siguiente:
Venta de música: 10-20% del precio de venta al por menor.
Entradas de eventos: desde el 10% artistas nuevos hasta el 60% en algunos casos.
¿Duro, eh? Compones, grabas, interpretas las grabaciones y directos, decides sobre tu música y después no solo no te llevas una parte justa, sino que tampoco es tuyo. Pues esto ya es cosa del pasado. No tienes por qué ser Taylor Swift, todo está a tu disposición para que te quedes unos porcentajes cercanos al 90% tanto de tu música como de las entradas de los conciertos. Y no solo la tecnología, también los portales, los pagos instantáneos y las plataformas sociales para interactuar con seguidores y planificar tus propios eventos.
¿Pero dónde y cómo se hace eso? En Web3
Creación del archivo: sube tu música a plataformas como ZORA donde puedes crear un NFT por tema. Podrás crear y ser el dueño de tus demos, discos y decidir el número de copias, el precio y controlar su distribución.
Vende e interactúa con otros creadores, síguelos en plataformas como audius.co o sound.xyz, estas redes son muy potentes para generar seguidores y mantener un contacto fiel con ellos. También podrás acceder a más gente en otras redes sociales generales como Farcaster, incluso participar y colaborar con otros músicos.
Domina tus conciertos y la reventa: con futuratickets.com podrás crear tus propios eventos con el número de entradas, pero además podrás controlar el número de veces que se pueden revender (si quieres permitir reventa), además del precio máximo de la reventa y qué % quieres quedarte de ese sobreprecio.
Cobra al instante lo que te mereces, hasta más del 90% de los contenidos que creas.
Y si realmente te parece mucho rollo y necesitas ayuda para iniciarte en el mundo de la música y web3, hay personas dispuestas a ayudarte no solo a hacerlo sino también a dar los primeros pasos en este ecosistema: contactos, redes, publicidad, eventos, promos…
Este es un ejemplo con música, pero no importa si cantas, compones, escribes poesía, eres un artista gráfico, vendes videos o contenido de cualquier otro tipo… Esta tecnología, por diseño, puede ayudarte en cualquier modalidad de contenido.
P.D.: seguramente haya muchas capas de esta historia, capas que se me escapan porque en el fondo este ejemplo no indaga en los pormenores del escándalo, sino en la importancia de que eso puede ser cosa del pasado, porque ya hay medios para que poseas lo que creas, sea lo que sea.